El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió durante su campaña electoral relajar la regulación en torno a las criptomonedas e impulsar su uso. Sin embargo, no hizo ninguna mención a los criptoactivos durante su discurso inaugural el 20 de enero ni tampoco se fijó en las monedas digitales en los primeros decretos que firmó nada más pisar el Despacho Oval para su segundo mandato. Aunque se hizo esperar unos días, la promesa se cumplió y, finalmente, Trump firmó el jueves 23 de enero una orden ejecutiva para promover el uso de las criptomonedas en Estados Unidos.

Con estas medidas, Trump da pasos para convertirse en el primer “criptopresidente” de Estados Unidos, como se autodenominó durante la carrera presidencial. La orden ejecutiva firmada en su primera semana como presidente relaja las regulaciones más restrictivas sobre los tokens, impuestas por las Administraciones anteriores, y busca convertir a Estados Unidos en centro de la “innovación en tecnología financiera digital”. De hecho, algunas de las primeras medidas del nuevo presidente están enfocadas a conquistar el liderazgo tecnológico mundial, con fuertes inversiones en Inteligencia Artificial (IA).

Un grupo de expertos evaluará la creación de una reserva nacional de bitcoin

Otra de las promesas de Trump fue convertir a Estados Unidos en la capital cripto del planeta. Para ello, además de incentivar el uso de criptomonedas, ya propuso durante la campaña electoral la creación de una reserva nacional de bitcoin. En el decreto firmado el jueves, se autoriza la conformación de un grupo de trabajo, liderado por David Sacks, experto en IA y criptodivisas, que tendrá que evaluar la constitución de esa reserva. Este grupo de expertos tendrá un plazo de seis meses para elaborar sus recomendaciones y trasladárselas al presidente.

La creación de una reserva nacional de bitcoin implicaría que Estados Unidos, como país, tendría que comprar este token para almacenarlo como activo estratégico. La entrada de un actor gubernamental en el mercado de las criptomonedas dispararía su precio, ya que la oferta seguiría siendo la misma, pero la demanda estaría encabezada por compradores con muchos más recursos.

Por otro lado, la orden ejecutiva firmada el 23 de enero también prohíbe el establecimiento de una moneda digital del banco central y revoca una medida del expresidente Joe Biden que, a juicio de la nueva Administración Trump, “socavó la libertad económica de Estados Unidos”. La medida fue bien acogida por los líderes del sector, aunque la reacción del mercado ha sido contraria. Lejos de dispararse, como ocurrió durante las elecciones o la toma de posesión, el bitcoin ha retrocedido desde el día de la firma e incluso ha llegado a perder el soporte de los 100.000 dólares (unos 95.200 euros, según el tipo de cambio actual) en el momento de escribir estas líneas.

El viaje de Trump: de ver las criptomonedas como una estafas hasta lanzar su propia ‘memecoin’

La defensa que hizo Trump de las criptomonedas durante su campaña electoral, con su participación en una convención de bitcoin, y la reciente aprobación de normas para generalizar su uso y situar a Estados Unidos a la vanguardia de este criptoactivo habrían sido impensables poco tiempo atrás. Antes de que iniciara su candidatura por el Partido Republicano, Trump consideraba que el bitcoin y las criptomonedas en general eran una estafa, pero esa calificación se fue borrando poco a poco a medida que inició su segunda incursión en política.

A lo largo de la campaña para las elecciones de noviembre de 2024, el entonces candidato republicano se fue acercando poco a poco a la industria de las criptomonedas, e incluso aceptó donaciones en criptoactivos para su carrera electoral. Sus mensajes empezaron a ser cada vez más próximos a la criptoindustria, con promesas sobre desregulación y la creación de la reserva nacional del bitcoin, nombramientos de defensores de las criptomonedas y declaraciones de intenciones como autoproclamarse “criptopresidente” o querer convertir a Estados Unidos en capital mundial de las criptomonedas.

El fin de semana antes de su toma de posesión, Trump lanzó al mercado su propia criptomoneda, $TRUMP, considerada una ‘memecoin’. Aunque la página web de esta cripto especificaba que no estaban pensadas como oportunidad de inversión, sino como una expresión de apoyo al mandatario, en apenas un par de días alcanzó un volumen de 40.000 millones de dólares (algo más de 38.000 millones de euros). Además, su mujer y primera dama, Melania Trump, también cuenta con su propia ‘memecoin’, $MELANIA, que en las primeras sesiones llegó incluso a eclipsar a la del presidente.

Si bien el posicionamiento de Trump a favor de las criptomonedas tuvo un efecto positivo en el sector, el lanzamiento de los ‘memecoins’ de la pareja presidencial no ha gustado tanto dentro de la industria. Los expertos creen, por un lado, que puede afectar a la credibilidad de las criptoactivos, que ya empezaban a tener una imagen más consolidada y segura entre el público general, y a su vez, censuran que sirvan para enriquecer más al presidente de Estados Unidos.

Un buen año para el bitcoin

El año 2024 resultó ser un ejercicio excelente para las criptomonedas y, en buena medida, el responsable de ese rally alcista fue Donald Trump. Por ejemplo, en el caso del bitcoin, la criptomoneda más conocida, la cotización a lo largo del año fue estable y positiva. Sin embargo, su verdadero repunte llegó a comienzos de noviembre, con la victoria de Trump en las elecciones de Estados Unidos. A partir de entonces se disparó desde el entorno de los 62.000 dólares (unos 59.000 euros) en los que se movía hasta ir conquistando poco a poco nuevos máximos.

El 5 de diciembre, el bitcoin hizo historia al perforar por primera vez la barrera de los 100.000 dólares (más de 95.200 euros). El pasado 20 de enero, unas horas antes de que Trump jurara como presidente para su segundo mandato, el bitcoin se anotó un nuevo hito, esta vez, los 109.000 dólares (unos 103.800 euros según el tipo de cambio actual). Aunque desde entonces su cotización ha ido descendiendo, los expertos creen que se trata de correcciones habituales y pronostican que este 2025 puede llegar hasta los 200.000 dólares (190.500 euros).