Invertir en criptomonedas: un mercado tan interesante como arriesgado
Qué son las criptomonedas y por qué se han popularizado en España
Aspectos a tener en cuenta para invertir en criptomonedas
Gráficos de trading y Bitcoin físico.
PABLO R.G
SevillaActualizado a las 01:20
Las criptomonedas han alcanzado un alto grado de popularidad en los últimos años debido a las múltiples historias que han circulado en medios de comunicación, redes sociales o foros de internet sobre inversores que han conseguido enormes beneficios con ellas, en especial a partir de 2020, cuando el precio de su principal exponente, el Bitcoin, se disparó. El de las criptodivisas es, ciertamente, un mercado interesante, floreciente y en el que muchos usuarios sin duda encontrarán buenas oportunidades para obtener ganancias, pero, al mismo tiempo, es bastante complejo y arriesgado, por lo que es importante informarse bien y comprender todos sus peligros antes de empezar a operar en él.
Y es que esas historias de éxito que han circulado en los últimos años también tienen su reverso negativo: muchos casos de usuarios que han perdido enormes cantidades de dinero con las criptomonedas, tanto por el descenso del valor del activo como por las múltiples estafas que han proliferado del mercado de las criptodivisas. Por todo esto, es importante conocer los riesgos y peligros de estos instrumentos antes de empezar a invertir con ellos.
En este artículo te vamos a explicar qué son las criptodivisas, cómo funcionan, por qué son tan arriesgadas o cómo invertir en criptomonedas mediante plataformas seguras que garanticen tanto el dinero como los activos del usuario, entre otros aspectos.
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¿Qué son las criptomonedas?
Las criptomonedas son activos digitales ideados originalmente para convertirse en un método de pago alternativo al dinero fiduciario, pero con el tiempo ese uso primigenio ha quedado relegado a un segundo plano, ya que en la actualidad las criptodivisas se utilizan, sobre todo, como instrumentos de inversión con los que los usuarios buscan obtener rentabilidad a través de la especulación: comprarlas por un valor determinado, esperar a que ese precio suba para venderlas y, así, conseguir beneficios con la diferencia.
La principal característica de las criptomonedas es que están descentralizadas, es decir, no las controla ningún banco central, como sí ocurre con el dinero fiduciario como el euro o el dólar, entre otros. Para que tanto su emisión como transacciones sean seguras sin estar bajo la protección de organismos públicos, las criptodivisas utilizan una tecnología conocida como blockchain o cadena de bloques que, en resumen, utiliza una red de ordenadores y métodos criptográficos para registrar todos los cambios del activo y así permitir su intercambio seguro y transparente sin necesidad de que un órgano estatal lo controle todo.
Cada uno de los participantes de esa red de ordenadores tiene una copia de la información que se ha ido generando, de cada uno de esos bloques que, además, están encriptados y no se pueden modificar, por lo que esos datos permanecen inalterables y se convierten en una especie de libro de contabilidad distribuido y garantizado por todos los participantes de la cadena de bloques. Quienes aportan sus dispositivos para realizar las operaciones matemáticas necesarias para todo este proceso y almacenar esas copias encriptadas de los bloques reciben a cambio una recompensa, generalmente en las mismas criptodivisas que están ayudando a registrar.
Al no estar bajo el amparo de ningún organismo, nadie interviene para controlar sus fluctuaciones, motivo por el que las criptomonedas son extremadamente volátiles y su precio puede aumentar o disminuir abruptamente en muy poco tiempo. Esto ha hecho que algunos inversores hayan podido obtener importantes ganancias en cuestión de días, pero también que muchos otros hayan perdido enormes cantidades de dinero de forma acelerada.
¿Por qué se ha hecho tan popular invertir en criptomonedas?
El principal motivo de esta gran popularidad son las historias de éxito que empezaron a proliferar en torno a la criptomoneda más relevante, el Bitcoin, y otras como Ethereum algunos años antes de la pandemia de coronavirus y, sobre todo, a partir de la emergencia sanitaria. Tras unos primeros meses de incertidumbre, el precio de muchos criptoactivos comenzó a crecer de forma acelerada a partir del otoño de 2020, lo que hizo que una gran cantidad de inversores se interesasen por estos instrumentos que podían ofrecer importantes beneficios a muy corto plazo.
Aquel furor que provocaron las criptomonedas hizo, a su vez, que surgieran muchos proyectos de criptodivisas nuevas de diversa índole, lo que ofreció una imagen de gran dinamismo en el sector y multiplicó las posibilidades de inversión. Además, los nuevos instrumentos permitían aún mayores beneficios, pues el optimismo por este floreciente mercado hizo que algunas de ellas incrementasen su valor de forma espectacular en cuestión de días e, incluso, horas.
Aquella fiebre por las criptomonedas duró más de un año, pero para mediados de 2022 pareció llegar a su fin, pues el precio de la mayoría de ellas, encabezadas por el Bitcoin, se desplomó hasta perder, en el mejor de los casos, la mitad de su valor. Desde entonces ese furor del que hablábamos al principio se ha moderado, porque ya no es oro todo lo que reluce en torno a las criptodivisas: junto a las historias de éxito, pocas, también se han empezado a conocer muchas otras, la mayoría, de personas que han perdido parcial o totalmente lo que han invertido.
A pesar de esto último, las criptomonedas siguen siendo un activo de inversión de lo más interesante para personas tolerantes al riesgo que deseen tener la oportunidad de conseguir grandes beneficios en poco tiempo, porque siguen siendo bastante volátiles. Además, en los últimos meses su valor se ha vuelto a incrementar y muchos inversores han puesto de nuevo el foco en estos activos.
Invertir en criptomonedas: principales aspectos que tener en cuenta
Operar con cualquier activo financiero es una decisión importante que merece una profunda reflexión previa y un proceso de documentación y aprendizaje antes de lanzarse a depositar los ahorros propios en estos instrumentos. Invertir en criptomonedas no es una excepción, de hecho, es tal vez necesario pensarlo aún más detenidamente e informarse mejor debido a la complejidad de las criptodivisas, de su mercado y su elevado riesgo. Tanto es así que las autoridades de control financiero, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), recomiendan que sólo operen con criptos personas con experiencia en los mercados de inversión y perfectamente informadas del funcionamiento y los peligros de estos activos.
Si estás interesado en invertir en criptomonedas y quieres empezar a conocer sus características y funcionamiento, el primer aspecto que debes tener en cuenta es su extrema volatilidad. El precio de las criptodivisas puede cambiar de forma brusca y acelerada en muy poco tiempo, de tal manera que puede generar buenas ganancias a corto plazo, pero también importantes pérdidas. Esas alteraciones abruptas de valor hacen que sean bastante arriesgadas.
Otro factor importante que valorar es que el mercado de las criptomonedas no descansa nunca, está abierto las 24 horas del día los 365 días del año, a diferencia del de las acciones o los ETF, que suele tener un horario comercial normal más un horario extendido de preventa y posventa que abarca, normalmente, desde las 7:30 a las 23:00 en la mayoría de los brókers y cierra de madrugada y los fines de semana. Al no parar nunca, las criptodivisas siguen experimentado fluctuaciones mientras el usuario está, por ejemplo, durmiendo o disfrutando de su tiempo libre durante el fin de semana, lo que aumenta el riesgo de estos activos al no poder estar el inversor siempre atento.
También hay que tener en cuenta lo difícil que es hacer predicciones sobre la evolución que seguirán los precios de las criptomonedas. Es cierto que con cualquier activo los pronósticos no dejan de ser meras conjeturas, pero en el caso de las acciones o los pares de divisas, por ejemplo, hay factores sólidos que pueden indicar con cierta fiabilidad un cambio, como los resultados de la empresa a la que pertenecen los títulos, une nueva ley o algún conflicto social, político o económico cuyas consecuencias puedan afectar al instrumento en cuestión.
Las criptomonedas tienen la particularidad de que los factores que influyen en sus precios son, en muchas ocasiones, difíciles de determinar o, sobre todo, de predecir con cierto criterio. En este mercado, por supuesto, funciona la ley de la oferta y la demanda: cuantos más usuarios quieren comprar, más sube el precio, y cuanto más quieren vender, más baja. Pero los elementos que empujan a los inversores a adquirir o deshacerse de los activos muchas veces no obedecen a la lógica de otros mercados. Por ejemplo, un mero rumor sin demasiado fundamento, pero extendido por foros y redes sociales, puede hacer que el precio de una criptomoneda caiga o se dispare. También, los comentarios de un líder de opinión a favor o en contra de determinada cripto.
Dada la alta volatilidad de las criptomonedas, meros rumores u opiniones de personajes relevantes, que en otros casos podrían afectar levemente a los activos, en las criptodivisas pueden provocar enormes fluctuaciones que, de la noche a la mañana, den al traste con cualquier previsión. No obstante, también hay algunos factores que afectan al valor de estos activos que se pueden medir y encajar en pronósticos, como leyes que favorezcan a las criptos o la entrada de gran capital en el sector, como ocurrió cuando Estados Unidos autorizó el lanzamiento de ETF de Bitcoin al contado.
Una característica más que se debe tener en cuenta al reflexionar sobre si merece la pena o no invertir en criptomonedas es algo que ya hemos comentado un poco más arriba, en otro apartado: el carácter descentralizado de los criptoactivos. Al no estar controlados por ninguna institución, tienen la ventaja de que sus fluctuaciones pueden disparar su precio y ofrecer grandes beneficios a sus inversores, pero al mismo tiempo, esa ausencia total de control hace que, en el caso de que comiencen a hundirse, nadie intervendrá para frenar la sangría, y puede llegar el caso de que los usuarios pierdan la totalidad de lo que han invertido.
En lo que se refiere a su seguridad, podemos considerar las criptomonedas seguras gracias al blockchain y siempre que el usuario opere con intermediarios de productos financieros, conocidos como brókers, regulados y supervisados por autoridades españolas y europeas con las licencias necesarias para ofrecer servicios de intermediación de activos financieros.
Por último, además de ser activos de inversión, en algunos casos las criptomonedas también se pueden usar para su propósito original: como método de pago. Esto sólo lo permiten determinados comercios, y con algunas criptodivisas de gran relevancia como el Bitcoin, pero es un elemento interesante que tener en cuenta, porque con ningún otro activo del mercado se puede comprar directamente algún producto.
El alto riesgo de invertir en criptomonedas
Debido al alto riesgo que supone invertir en criptomonedas, merece la pena que dediquemos un apartado completo a detallar los peligros a los que se exponen los usuarios que decidan operar con estos activos y las formas de reducirlos o de tratar de contenerlos.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que invertir en criptomonedas implica dos grandes peligros, los propios de las características del activo y sus mercados, por una parte, y las múltiples estafas que circulan por internet relacionadas con las criptodivisas, por otra. Vamos a empezar por comentar la segunda de las mencionadas.
Como hemos comentado un poco más arriba, las criptomonedas se han vuelto tremendamente populares en los últimos años, de 2017 en adelante y, sobre todo, a partir de 2020. Esta popularidad se traduce en la entrada de un gran número de nuevos inversores en este mercado y, por supuesto, en la inyección de cantidades ingentes de dinero. Un pastel extremadamente goloso para los delincuentes si tenemos en cuenta, además, que al ser un activo tan nuevo, hasta hace poco existía poca legislación al respecto y escasa información, lo que hacía que su control fuese complicado.
La CNMV y otras autoridades financieras españolas han perseguido, particularmente, la publicidad engañosa sobre la inversión en criptomonedas, que muchas veces prometía grandes ganancias sin advertir de los enormes riesgos, y las plataformas de compraventa fraudulentas, en las que el usuario realmente no compraba criptodivisas y sus responsables se quedaban con el dinero.
Para evitar este peligro, que sigue muy presente a pesar de que las autoridades españolas y europeas hayan legislado a marchas forzadas y ahora haya un mayor control que antes, es muy importante que el usuario sólo invierta en criptomonedas a través de brókers autorizados para ofrecer servicios de intermediación financiera en España y regulados y supervisados por organismos públicos de control del mercado de valores españoles o europeos.
Los brókers que operan con todas las de la ley y con los que, por lo tanto, es seguro invertir en criptomonedas ofrecen información de forma clara en sus webs sobre las autoridades financieras que los regulan (que deben ser europeas como la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (BaFin) de Alemania o la Autoridad Financiera de Francia (AMF), o de terceros países con acuerdos con la Unión Europea) y en España tienen que aparecer en el registro de entidades que prestan servicios de inversión de la CNMV. Por lo tanto, es muy importante investigar este aspecto antes de empezar a operar con una plataforma u otra.
El segundo de los peligros, el propio del funcionamiento de las criptomonedas, es mucho más difícil de evitar y, de hecho, sólo se pueden tomar ciertas medidas preventivas para contenerlos hasta cierto punto. Como hemos comentado un poco más arriba, las criptomonedas son activos especialmente volátiles, por lo que al invertir en ellas el usuario se expone desde el primer momento a perder parte de su dinero por una caída brusca de su valor. A esa volatilidad hay que añadir que los cambios pueden producirse en cualquier momento, dado que este mercado no cierra nunca, por ejemplo cuando el usuario está durmiendo, y que no se puedan contener pérdidas tan bien como con otros instrumentos financieros que sólo operan en horario comercial.
Para tratar de contener los riesgos intrínsecos al funcionamiento de las criptomonedas es fundamental trazar una estrategia de inversión antes de empezar a operar: establecer objetivos y definir un umbral de pérdidas aceptables y de ganancias suficientes. Esto último servirá para fijar en frío el momento adecuado para vender sin dejarse llevar por el calor del momento y, así, reducir el impacto de las caídas de valor o aprovechar los picos para conseguir los beneficios deseados.
En esta estrategia para contener los riesgos de invertir en criptomonedas son fundamentales las órdenes automáticas que permiten configurar los brókers, especialmente una llamada stop loss, en español, detener las pérdidas. Con esta orden, el usuario indica a la plataforma que venda automáticamente el activo si su valor baja a un precio determinado, que será el umbral marcado previamente como pérdidas aceptables. De esta forma, aunque el inversor no esté atento en un momento de fluctuación, podrá reaccionar a tiempo a tendencias a la baja abruptas.
Los brókers también suelen tener otra orden básica llamada take profit (tomar las ganancias) que funciona igual que la stop loss pero cuando los precios suben hasta un valor determinado, en lugar de cuando caen hasta una cifra preestablecida. De esta manera, take profit sirve para aprovechar picos cuando el usuario no está atento.
No obstante, a pesar de las estrategias y la configuración de órdenes automáticas, siempre hay que tener presente que invertir en criptomonedas es muy arriesgado y que alrededor del 80% de los usuarios que operan con estos activos pierden dinero, según los datos de distintos brókers.
¿Cómo invertir en criptomonedas en España?
Para invertir en criptomonedas en España es necesario darse de alta en un bróker que comercialice este tipo de activos. Este paso es imprescindible porque la legislación de nuestro país no permite que los particulares compren instrumentos de esta naturaleza directamente, sino que para dichas transacciones será siempre necesaria una figura profesional que interceda entre las partes y garantice la validez de las operaciones, su legalidad y la protección de los bienes de los clientes y sus datos.
Cualquier empresa del sector financiero autorizada por los organismos estatales competentes puede ejercer como bróker, desde bancos a sociedades de valores, aunque lo más habitual es que hoy día se trate de plataformas digitales especializadas en las transacciones de activos que funcionan como una suerte de comercio electrónico de estos instrumentos, de tal manera que el usuario busca en ellos las criptomonedas, acciones, ETF o bonos que le interesan e inicia el proceso de compra.
Gracias a los avances de las herramientas digitales, estos brókers especializados no sólo ofrecen la posibilidad de comprar y vender activos, sino que disponen de una amplia gama de servicios, la mayoría gratuitos, para ayudar a sus usuarios a invertir: almacenamiento de los instrumentos adquiridos, gráficas con datos en tiempo real, órdenes automatizadas, planes de inversión, noticias financieras seleccionadas, aplicaciones móviles, etc.
Darse de alta en cualquiera de los brókers disponibles en la actualidad es bastante sencillo, pues apenas tienen requisitos. Basta con rellenar el formulario de alta, presentar la documentación requerida (que en muchos casos es sólo el DNI u otro documento de identidad válido y en vigor) y hacerse uno o varios selfies para que los empleados de la plataforma comprueben que el solicitante es el mismo que aparece en la documentación. Una vez completado, el interesado tendrá que esperar un tiempo para que validen su perfil, y cuando el bróker haga esto, podrá empezar a invertir en cuanto añada saldo a su recién creada cuenta.
A la hora de elegir un bróker para invertir en criptomonedas es importante tener, al menos, una precaución de suma importancia: comprobar que la plataforma elegida esté supervisada por una autoridad financiera competente y registrada en la CNMV como entidad que presta servicios de inversión. De esta forma, el usuario podrá tener la seguridad de que está operando con un intermediario que cumple con las leyes para los mercados de valores y que, por lo tanto, sus activos, su dinero y sus datos están protegidos y tiene acceso a información transparente sobre los instrumentos que comercializa.